Essaouira, el paraíso de las gaviotas en Marruecos

Por más que Marrakech sea un destino interesantísimo, también es intenso. Estarás listo para cambiar de ambiente después de un par de días de acoso especialmente en la plaza de Yamaa el Fna. Mi segunda visita a Marruecos la hice después de la feria de Fitur en Madrid y fui sola, al igual que la primera. Consulte a mi riad en Marrakech que sitios me recomendaban visitar por un día y Essaouira fue una de las sugerencias.

Los tours son muy económicos y creo que pague unos $25 por el paseo de todo el día. Essaouira queda a 191.8 kilómetros (119.17 millas) de Marrakech. El trayecto dura unas tres horas pero te paran en el camino para que veas las famosas cabras montadas en los árboles, y luego en una fabrica de aceite de argán.

En el bus habían personas de todos lados, incluyendo una pareja de profesores de Argentina. Me hice amiga de ellos y pasamos el día juntos. Lo que me gusta de viajar sola es poder conocer gente interesante de todos lados.

Essaouira es una ciudad histórica

Esta ciudad ha sido un puesto de comercio desde el siglo quinto antes de Cristo. Como la mayoría del país, Essaouira pasó por control fenicio, cartaginés y romano. Marruecos es famoso por sus tintes naturales (como el azul Majorelle). Después de los romanos, el rey Juba II hizo una fabrica para hacer tinte morado que era extraído de un caracol encontrado en unas islas frente a la playa.

El nombre original de la ciudad fue Mogador, que fue puesto por los portugueses y fue usado hasta los 1960s. En el siglo 11 se enterró un santo musulman llamado Sidi Mogdoul según data el geógrafo al-Bakrī, y probablemente esto fue lo que le dio el nombre al lugar. Su nombre moderno Essaouira significa pequeño fuerte o pequeña muralla.

Su posición en la costa Atlántica, protegida por la isla de Mogador, logró crear una bahía pacifica protegida de los vientos marítimos.

El fuerte es Patrimonio de la Humanidad

En 1506, el Rey de Portugal, Manuel I, ordenó que se construyera un fuerte que llamo Castelo Real de Mogador. Cuatro años después la fortaleza fue tomada por una tribu beréber llamada Regraga. La ciudad cayó en manos de los piratas, pero siguió siendo importante para el comercio de la azúcar y la melaza.

España, Holanda, Inglaterra y Francia trataron de conquistar la ciudad sin éxito. Lo que vemos actualmente fue construido por el Sultán Mohammed III en el siglo dieciocho. Su idea era construir un puerto cercano a Marrakech para crecer el comercio con Europa. El Rey escogió un ingeniero francés, Théodore Cornut para diseñar la ciudad, incluyendo la medina.

Los judíos fueron 40% de la población en esos tiempos, ya que el Rey les pidió que se mudaran para manejar el comercio. En el 2017, Essaouira sólo tenía 3 habitantes judíos. Si te interesa saber más del tema puedes leer mi articulo sobre los judíos en Marruecos.

A lo largo de los años, Essaouira ha recibido influencia de los beréberes, judíos, portugueses, francés, holandés, para nombrar algunos países.

UNESCO incluyó a Essaouira en su lista de patrimonios de la humanidad en el 2001 por “sus principios de arquitectura militar europea contemporánea en un contexto de África del Norte”.

Puerto de pescadores

Al bajarnos del bus caminamos hacia el puerto de pescadores y esta fue nuestra primera impresión de Essaouira. Como ya era casi las doce, los pescadores ya habían traído sus capturas y estaban ya en la fase de venta para aquellos que pasaban con hambre.

Los visitantes pueden comer junto al puerto. Simplemente tienen que escoger que marisco quieren de unas camas rellenas con hielo que sirven de exhibición y te lo cocinan frente tuyo. Sólo debes tener cuidado con las gaviotas que están viendo que pescado pueden tomar.

Mis amigos no comían mariscos, así que comimos en otro lado, pero si aproveche para probar unas ostras frescas. El señor la partió, rocío un poco de limón y me la brindo. Estaba tan buena que pedí otra y el señor me dio descuento a pesar que estaban baratas.

¡El puerto está lleno de vida! Puedes ver a los pescadores construyendo, pintando y arreglando sus botes de madera. Los botes en si son una atracción; están pintados de azul intenso que hace contraste con los tonos beige del desierto y de la fortaleza.

Justo antes de entrar por el túnel a la fortaleza, encontraras miles de yardas de malla para la pesca. Los pescadores pasan horas arreglándolas. Una de mis cosas favoritas del país es la capacidad de mantener las formas tradicionales de hacer las cosas.

Compras más relajadas

Es costumbre regatear en los países árabes ya que es como un juego para ellos. Puede ser agotador y frustrante si uno no está acostumbrado. Los vendedores son intensos, casi que acosan para vender lo que tengan. La medina de Essaouira no tiene ese ambiente pesado como la de Marrakech o Fes y tiene precios mejores.

Los vendedores y habitantes de Essaouira son personas muy relajadas. Nadie te va a presionar para que entres a su tienda o tratar de enseñarte la medina para luego venderte algo o presionarte para una propina exorbitante.

Puedes encontrar todas las cosas tradicionales de las otras medinas, como cerámicas, carteras, especies, camisas, alfombras e incluso pociones que ellos llaman “viagra beréber”. Me enamore de un lavamanos de cerámica que me lo envolvieron para llevarlo de regreso a Panamá en mi maleta de mano (no se como cupo).

Lo que separa esta medina de las otras es el arte. Hay muchas galerías de arte que sirven para mostrar obras de artistas locales. Además, hay una cooperativa de mujeres que hacen y venden aceite de argán orgánico, textiles y ropa bohemia.

Visitantes famosos

Al principio de la década de 1950s, el actor y director Orson Welles se hospedó en Essaouira para filmar su película Othello que fue lanzada en 1952. Se dice que mientras estaba en la ciudad conoció a Winston Churchill que también estaba hospedado en su Hotel des Iles.

Las pequeñas calles laberínticas de la medina sirvieron como escenario de varias escenas de la película. Afuera de los baños turcos (en la mellah judía) utilizados en la película puedes encontrar una placa.

En los años sesenta, Essaouira se volvió un lugar para los hippies. Fue visitado por Jimi Hendrix en 1969. Una leyenda urbana cuenta que hizo la canción “Castles Made of Sand” en este lugar pero no es cierto porque visitó la ciudad portuaria dos años después que lanzó la canción.

Essaouira sigue siendo un destino musical y desde 1998, tiene un festival anual llamado ‘Gnaoua’ (festival-gnaoua.net) que atrae a unos 450,000 espectadores en cuatro días. Por su popularidad es conocido como el “Woodstock de Marruecos”.

Un destino para hacer kitesurf

Essaouira tiene fuertes brisas costeras llamadas alizee, o taros en beréber. Por consecuencia, la ciudad es conocida como la ‘Ciudad del viento de África’. La mayoría del año las brisas son tan fuertes que es imposible relajarse en las playas. Sin embargo, lo positivo de esto es que no se pone tan caliente en el verano como otras partes de Marruecos.

De abril a noviembre llegan los kitesurfers. No es necesario llevar tu equipo, ya que hay muchas tiendas que lo alquilan. Si quieres aprender, esas mismas tiendas dan clases.

Essaouira fue escenario de Game of Thrones

Los fans de la serie Game of Thrones van a reconocer las imagines de Essaouira. En la temporada 3, capitulo 4 pueden recordar a Khaleesi navegando a este lugar, la ciudad de Astapor, para liberar a los oprimidos. Aquí es donde consigue su ejercito de los Unsullied, una horda disciplinada de esclavos eunucos que estaban a la venta. También se filmaron algunas escenas ambientadas en King’s Landing.

Estas rampas que ves en la serie datan del siglo 18 y están fortificadas con una fila de cañones hechos por los holandeses. En la mañana la zona es muy tranquila, pero se tiende a llenar hacia el atardecer.

Me gustó muchísimo Essaouira y si recomendaría pasar una noche en algún hotel (puede reservar en Booking) para poder probar más de su deliciosa comida y disfrutar la vida nocturna.

Más fotos de Essaouira:

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